domingo, 6 de julio de 2014

Terragno contra el mito que la Argentina solo puede ser gobernada por el peronismo

Por Rodolfo Terragno. Ni invencible ni garante de gobernabilidad.
En nuestra mitología política el peronismo es una fuerza todopoderosa y, por lo mismo, la única garantiza la gobernabilidad. No puede negarse que, defendiendo a los más débiles (en particular durante los años 40 y 50) el peronismo se hizo de una base popular difícil de reducir. Tampoco se puede negar que tiene vocación de poder, pragmatismo, afán de eficacia y la capacidad de cambiar de ideologías sin perder identidad. Se puede decir, y es cierto, que le ha tocado gobernar siempre en tiempos de vacas gordas; pero es cierto, también, que en todos los casos ha sabido aprovecharse de esa suerte. La historia demuestra, sin embargo, que -como toda fuerza política- el peronismo tuvo fracasos, perdió ocasionalmente la mayoría y en más de una vez le fue imposible asegurar la gobernabilidad. Juan Domingo Perón (1946-1955). El General tenía un fuerte ascendiente en el Ejército. La cúpula le era incondicional. Él ejercía, además, un poder político casi absoluto, con la aquiescencia de la "comunidad organizada" y el apoyo mayoritario de la población. Sus reformas sociales le permitieron, por otra parte, crear un poderoso aparato sindical. Era muy difícil pensar que Perón perdiera el control de las fuerzas armadas y, sin embargo, lo perdió. Sus compañeros de armas no sólo lo derrocaron: lo tuvieron dieciocho años proscripto. Se ha dicho que él fue víctima de implacables poderes económicos, nacionales y extranjeros, cuyos intereses había afectado. Esa explicación no hace sino mostrar que el peronismo (empezando por el propio Perón) no ha sido siempre garante de la gobernabilidad, que consiste, precisamente, en neutralizar desde el gobierno a los factores que conspiran contra la continuidad institucional. La nota completa en la sección Opinión de: www.politicaymunicipios.com.ar

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